Los drones se han consolidado como una de las tecnologías más disruptivas de los últimos años, con aplicaciones en sectores tan diversos como la agricultura de precisión, la inspección industrial, la logística, la seguridad, la vigilancia ambiental o incluso el entretenimiento.
En paralelo, la fabricación aditiva o impresión 3D ha irrumpido como una herramienta clave en el desarrollo de productos, permitiendo diseños complejos, reducción de costes y aceleración de los tiempos de producción. La convergencia entre estas dos tecnologías está dando lugar a una nueva generación de drones más ligeros, eficientes, personalizables y sostenibles.