Entrar en las instalaciones de ERIKS en Alkmaar (Holanda) es casi como entrar en un mundo de ciencia ficción, con puertas corredizas que se abren hacia arriba con el movimiento de una mano. Carretillas elevadoras cargadas se desplazan en silencio, hombres y mujeres enfundados en monos azules caminan con rapidez. Una serie de correas transportadoras elevadas funcionan continuamente para ordenar paquetes de todas las formas y tamaños. Las chispas vuelan a medida que las piezas son soldadas.
Es un lugar ocupado, que bulle de vida, pero sin ninguna sensación de caos o desorden. Ni siquiera hay demasiado ruido, sobre todo en relación con el número de tareas industriales que se llevan a cabo.
ERIKS ofrece componentes técnicos y servicios relacionados con todas las secciones de la industria. Y añadiendo la tecnología de impresión 3D a sus flujos de trabajo ERIKS es capaz de proveer a sus clientes de un servicio que mantiene el potencial de revitalizar las industrias de todo el planeta, al mismo tiempo que optimiza sus propios procesos del día a día.
ERIKS trabaja en una cultura de la limpieza. Las palabras “Clean Manufacturing Facility” jalonan uno de sus muros. El almacén está bien organizado e iluminado, los suelos están impolutos. En conjunto, es el lugar perfecto para el nuevo centro de impresión 3D de ERIK.
“Llevamos ya un tiempo imprimiendo en 3D. Sobre todo prototipos, pero también anclajes y soportes, así como piezas de uso final que antes era imposible hacer”, afirma Job van de Sande, Head of Technology Sealing and Polymer en ERIKS. “Hemos sido capaces de identificar decenas de piezas de seguridad personalizadas que nos han permitido mejorar la seguridad de nuestras instalaciones de producción”.
La seguridad es un factor clave en ERIKS. Y un entorno limpio es un entorno seguro, uno en el que el trabajo se pueda completar con mayor eficiencia. De ese modo los factores de seguridad son tan importantes como los objetivos de producción y los márgenes de beneficio.
Una tecnología como la impresión 3D encaja a la perfección en un lugar como ERIKS, especialmente con su utilizaciçon para la creación de herramientas que mejoran la seguridad en la misma empresa. Una de estas herramientas, por ejemplo, está colocada por encima de un rollo de film envolvente casi del tamaño de una persona, transformando la tarea de quitarlo y reemplazarlo en una tarea rápida y segura de utilizar por un solo operario.
Otro accesorio impreso en 3D mantiene en su sitio una pieza de tubería, asegurando que un brazo robótico lo pueda soldar con precisión. También hay una plantilla que funciona de modo similar, pero para su uso con operarios humanos de soldadura. Hasta los printheads de Ultimaker se alinean juntos en un soporte especial impreso en 3D.
Individualmente estas piezas (y los cambios que permiten) pueden parecer pequeñas, pero todas juntas producen grandes resultados que permiten ahorrar tiempo, dinero y, potencialmente, también vidas.
“Con la impresión 3D hemos ahorrado 350.000 € en nuestras instalaciones, gracias al aumento del rendimiento de nuestros productos y eliminando una gran cantidad de riesgos de seguridad”, afirma Job.
“Hemos visto grandes oportunidades para nuestros clientes con esta tecnología”, añade. “Sin embargo, la parte complicada es que resulta difícil identificarlas dentro del negocio de cada uno. Lo que hacemos es un site scan con el cliente, para empezar a identificar y desarrollar juntos esas oportunidades”.
Después de un site scan las piezas se diseñan bien por los propios clientes o por los ingenieros de ERIKS, fabricadas con impresión 3D con impresoras Ultimaker S5 en la fábrica de Alkmaar. Estas salas actúan como áreas ambientalmente controladas donde los procesos de producción se pueden monitorear de cerca, dando como resultando piezas “cerftificadas”, que no solo garantizan la calidad y la eficacia, sino reproductibilidad y fiabilidad.
“Esto significa que los clientes pueden pedir hoy una pieza o hacerlo el año que viene, y recibirán exactamente la misma pieza con las mismas propiedades mecánicas”, señala Job.
Si los clientes quieren un mayor control, no obstante, pueden pedir un fichero en lugar de una pieza física, e imprimirla ellos mismos en sus instalaciones. Esta es una de las principales razones por las que ERIKS escogió a Ultimaker. Su combinación de hardware, software y materiales permite un fácil uso en cualquier momento, y beneficia mutuamente a todas las partes, ahorrando dinero y tiempo tanto para ERIKS como para sus clientes.
Trabajando en su Clean Manufacturing Facility ERIKS ya ha comenzado a sentar las bases para el futuro. Las instalaciones cumplen con la normativa EC1935/2004 para sus actividades de impresión 3D y posee áreas específicas de producción limpia y una sala de limpieza a gran escala de Clase 6 ISO. Además de las regulaciones de seguridad alimentaria europeas ERIKS también trabaja para cumplir con las regulaciones FDA que le permitirán crear piezas impresas en 3D para uso alimentario, que puedan usarse en todo el mundo. Los estándares ISO farmacéuticos y médicos harán lo propio.
En general, la filosofía de ERIKS está muy alineada con la propia de la impresión 3D. Su trabajo es optimizado, eficiente y limpio, con procesos claros y definidos. Y quizá más importante aún, ERIKS y sus clientes siempre tienen el control total.
“Es por ello que vemos que Ultimaker es el punto de partida perfecto para nosotros mismos y para nuestros clientes, para ver oportunidades, desarrollarlas y recoger los frutos de la impresión 3D”, afirma Job.