La fabricación aditiva y la impresión 3D continúan demostrando su potencial para atender algunos casos médicos. Las posibilidades de personalización que permite esta tecnología hacen de las prótesis con impresoras 3D una herramienta única para ajustarlas a las necesidades de cada paciente y devolverles una gran calidad de vida. También se emplea en campos como la terapia ocupacional para la fabricación de objetos cotidianos adaptados. Y por primera vez, un ser humano ha recibido un ojo protésico impreso en 3D.
Una prótesis más realista
Quien mirase a los ojos al británico Steve Verze no sospecharía que su ojo izquierdo es una prótesis y, además, la creación de una impresora 3D. Este ingeniero de Hackney, en Londres, participó en un proceso en que, tras escanear en 3D su ojo derecho para garantizar su realismo, el Hospital ocular Moorfields lo replicó a través de estas tecnologías.
Las prótesis tradicionales habrían supuesto la necesidad de tomar un molde de la cuenca ocular de Verze, pero las tecnologías 3D permitieron escanearla digitalmente para crear una imagen detallada. “Necesitaba una prótesis para mi ojo desde que tenía 20 años y siempre me he preocupado por ello”, confesó Verze. “No me gustaba lo que veía en el espejo antes de salir de casa, pero el nuevo ojo tiene un aspecto genial y, al estar basado en la tecnología 3D, sólo puede mejorar”, celebró tras la intervención.
Menor tiempo de fabricación
El Hospital Moorfields Eye de Finsbury, en Londres, ha impulsado un estudio clínico en el que recoge las ventajas de la impresión 3D. Entre ellas se encuentra el tiempo de fabricación, que reduce a la mitad el tiempo requerido para fabricar un ojo protésico. Así, en vez de un plazo de seis semanas los equipos médicos pueden obtenerlos en apenas dos o tres.
Mandeep Sagoo, director clínico de este proyecto y profesor de Oftalmología y Oncología ocular en el University College de Londres, afirma sentirse emocionado por el potencial de este nuevo médico. “Esperamos que los próximos ensayos clínicos nos aporten evidencias aún más robustas del valor de esta tecnología y la diferencia que marca para los pacientes”, ha deseado.
Un avance muy esperado
Pese a que según datos de Moorfields Eye Charity más de 8 millones de personas en todo el mundo llevan alguna prótesis ocular, apenas había habido avances en este campo en los últimos 50 años. La pérdida de un ojo tiene graves consecuencias sobre la calidad de vida, la confianza y la visión de los pacientes, y tratamientos como al que se ha sometido Verze arrojan muy buenos resultados con un acabado realista gracias a la combinación de escaneado e impresión 3D.
La creación de prótesis con impresoras 3D hace más sencillo aplicar la biomímesis, es decir, la ciencia basada en la naturaleza. Imprimir el nuevo ojo de Steve en 3D permite que la luz llegue hasta la profundidad del ojo artificial de forma similar a como ocurre en los ojos reales, mientras que las prótesis tradicionales tan sólo la reflejan.