Si hay unas cadenas de producción que deben ser eficientes, no tienen permitido detenerse y están presentes en cada rincón del mundo, esas son la de la industria de la alimentación y las bebidas. Cada vez más empresas han comprobado cómo incorporar tecnologías 3D a sus procesos productivos puede ayudarles a reducir costes y garantizar el suministro a la población. Las impresoras 3D se han convertido en una herramienta más para los técnicos de estas plantas alimenticias y embotelladoras. En Sicnova destacamos algunos casos de éxito de empresas implantadas en el territorio español.
Sin paradas en Galletas Gullón
Galletas Gullón, una empresa centenaria y uno de los mayores fabricantes de galletas de Europa, se interesó en la adquisición de impresoras 3D para implementar mejoras en su cadena de producción. Las piezas de una fábrica de galletas tienen una alta rotación y, además, sus ingenieros buscan modificarlas continuamente para ofrecer la mayor innovación y calidad en sus productos. Acudir a un torno o fresador para crear nuevos moldes les suponía una gran cantidad de éxito y dinero sin garantías de que los diseños funcionasen. Pero gracias a la impresión 3D este gigante galletero propietario de la mayor planta de España sigue ofreciendo toda clase de galletas sin azúcar.
Al principio creaban los arrastradores de las bandejas de galletas en plástico, pero el resultado no era bueno. Tal y como ocurre en otras fábricas de alimentación y bebidas, estas piezas se rompían constantemente y tenían un coste de reposición de 4,37 euros, pero además su ruptura les suponía la necesidad de realizar numerosas paradas de mantenimiento. Sin embargo, fabricar los arrastradores con material TPU en impresoras 3D Ultimaker les aporta una gran flexibilidad y les permite disponer de nuevas piezas en la hora que tardan en imprimirse. Además, cuestan cuatro veces menos, lo que supone un gran ahorro al tener en cuenta que, entre sus dos fábricas, los arrastradores de galletas de Gullón tienen miles de dedos.
Más seguridad en Heineken
La cervecera Heineken se inclinó por las impresoras industriales de escritorio Ultimaker S5 para lograr todas aquellas piezas que pudieran faltarle en su planta de Sevilla. Gracias a Sicnova implementó esta tecnología 3D que le ha permitido abaratar costes, acortar tiempos de producción e, incluso, mejorar la seguridad de sus operarios. Así, por ejemplo, Heineken ha mejorado los bloqueadores de sus máquinas con piezas personalizadas. Heineken España utiliza materiales con excelentes propiedades mecánicas y preparados para soportar el desgaste de líneas de fabricación de alimentación y bebidas, tales como el Tough Pla, el Nylon, y el TPU 95A semiflexibles.
Diseñar e imprimir sus propios dispositivos al momento les ha permitido reducir sus necesidades de almacenaje y dejar de subcontratar este trabajo a proveedores externos. Así, la producción de cerveza ha aumentado y Heineken ha logrado ahorrar un 80% en sus costes de producción gracias a la impresión 3D. Este es un porcentaje considerable si se tiene en cuenta que esta planta sevillana produce 500 millones de litros de cerveza al año. Heineken ha demostrado que la fabricación local e in situ les ayuda en la eficiencia y producción, crear herramientas de mantenimiento y control de calidad, y sus ingenieros tienen la intención de seguir desarrollando nuevas soluciones en el futuro.
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