El potencial de la fabricación aditiva y la impresión 3D para la industria y sectores como el militar o el ferroviario ya ha sido probado por cientos de empresas, ya sea para la creación de prototipos como para la producción de piezas finales. España no se ha quedado atrás en estos avances tecnológicos y numerosas empresas españolas han integrado ya las impresoras 3D en sus procesos y su día a día.
Ahorro sin paradas de producción
La palentina Galletas Gullón, fundada en Aguilar del Campoo, es uno de los mayores productores de galletas de Europa y exporta a más de 120 países en todo el mundo. Desde que adquirieron una impresora 3D de FDM, en su caso una Ultimaker S5, no han vuelto a parar su línea de producción por la rotura de dedos de las arrastradoras de galletas, un problema que se repetía frecuentemente. Esta gran empresa con más de 1.400 trabajadores amortizó la inversión enseguida ya que ahora imprime sus repuestos en TPU cuando los necesita y estos son mucho más resistentes que los de plástico.
Asimismo la guipuzcoana CAF, fabricante de gran parte del material móvil de los metros, tranvías y trenes de los mayores núcleos urbanos del mundo, también ha integrado la fabricación 3D en el proceso de fabricación de las piezas de sus proyectos. Entre otras máquinas utilizan la HP Multi Jet Fusion 4200, y gracias a ella han logrado un ahorro de hasta el 64% en la fabricación de elementos como asideros, soportes, refuerzos y posavasos de sus trenes.
Envases y todo tipo de aplicaciones
Más allá de utilizar la impresión 3D en los transportes, empresas como Grupo Teyme han mejorado la maquinaria agrícola a través de la fabricación aditiva. La compañía ilerdense incorporó un equipo industrial de HP Jet Fusion 540 para producir tiradas cortas y prototipos con poliamida PA12. Esta máquina le ayuda a su vez a reducir su impacto ambiental, ya que utiliza hasta un 80% de materiales reciclados.
Materiales como el PETG-S de Kimya, certificados para el contacto con alimentos, están acercando las soluciones de impresión 3D a más empresas españolas del sector de la alimentación. Por ejemplo, la empresa Lonypack fabrica piezas con Ultimaker para las líneas de producción de su planta envasadora ubicada en Villacastín, Segovia. Además, lo hace a un coste un 70% menor de lo que estaban acostumbrados y con plazos de entrega más cortos.
Por su parte, otras compañías como la vallisoletana Berlá, especializada en caucho y poliuretano, utilizan maquinaria como la Formlabs Fuse 1 o las Onyx One y X3 de Markforged para fabricar piezas propias o para terceros.
